Constitucional
intenta señalar el trasfondo de la formación de las democracias en los sistemas occidentales, independientemente de la defensa de las igualdades y los derechos sociales, está vinculado a la idea de la muerte y de la apropiación monopólica de los medios materiales y simbólicos.
Desconstruyendo la idea de un relativismo cultural y acentuando un patrimonio global conformado por accesos desiguales que eliminan las diferencias político culturales, la muerte se comprende en lo social, como derecho para la apropiación y desconstrucción de los arraigos ajenos.